La historia del mole se remonta a la época prehispánica. Se narra que los aztecas preparaban para los grandes señores un platillo complejo llamado "mulli", que significa potaje o mezcla.
Los primeros moles carecieron de chocolate, por lo que no se le puede ubicar como una salsa de chocolate, su estructura es mucho más elaborada y requiere de una preparación minuciosa.
Otra versión cuenta que el mole poblano (cuya receta original utilizaba cerca de un centenar de ingredientes), fue creado en Puebla de los Ángeles en el siglo XVII por sor Andrea de la Asunción, monja dominica del convento de Santa Rosa. Se dice que ella molió diferentes chiles y otros condimentos juntos en un metate. Todo esto con motivo a la celebración de cuando el virrey Tomás Antonio de la Serna y Aragón, conde de Paredes y tercer marqués de la Laguna, se encontraba de paso por la ciudad, pidió un platillo que deleitara su paladar, esta monja puso su más grande esmero en un platillo que terminó por cautivar al virrey.
Éste platillo se ha ido modificando a lo largo de los años adaptándose así a los nuevos ingredientes que van de acuerdo a los usos culinarios y región donde se elabora, también es sinónimo de manjar para toda fiesta.
Hoy voy a mostrar la forma muy práctica para prepararlo con la ayuda de diferentes marcas populares que lo preparan en forma de una pasta concentrada para su comercialización.
Solo se necesita que preparemos con anticipación un caldo de pollo, un arroz rojo tradicional. Preparar el mole siguiendo las instrucciones que son muy sencillas que solo consiste en disolver la pasta de nuestra marca favorita usando un poco de caldo de pollo o agua y que no falte el toque especial del ajonjolí y unas tortillas calientitas.
Un platillo que requería un largo proceso hoy lo podemos disgustar cualquier día de la semana en la pequeña fiesta de la celebración de "un día más".
https://youtu.be/0PVdB68wuoo
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